El Día Internacional del Voluntariado es una oportunidad para poner en valor la implicación y tarea de los voluntarios y voluntarias de AFANOC
¿Qué es para vosotros el voluntariado? Compromiso, implicación, apoyo, generosidad… Se puede definir de muchas maneras pero sólo hay una para agradecelo: ¡GRACIAS! El Día Internacional del Voluntariado, que se celebra cada 5 de diciembre, es una ocasión idónea para recordar la importancia de todas las personas que entregan su tiempo a los demás de forma voluntaria y altruista. En AFANOC, el voluntariado está presente en ámbitos muy diversos como los hospitales, los domicilios, la Casa de los Xuklis, el Grupo de Jóvenes, en las sedes realizando tareas administrativas, en actos y campañas… Hoy, queremos oír la voz de las protagonistas de este día.
Esperanza Imbernón es voluntaria hospitalaria y asegura que le ha cambiado la vida en un aspecto: a tener más paciencia y a no esperar nada inmediato. «También me siento muy satisfecha cuando un padre o madre, que está viviendo un momento difícil, me agradece el rato pasado con su hijo/a», explica. Ingrid Vinaixa, voluntaria a domicilio, comparte el mismo sentimiento que Esperanza. “Me he quedado sorprendida de la paciencia que puedo llegar a tener, ¡y eso que soy madre de tres hijos!”, exclama. Además, asegura, agradecida, que “si algo me llevo de este voluntariado es a no tener miedo a la enfermedad. Lo he podido humanizar, poniéndole rostro”.
Para Graciela Anton, voluntaria de reflexoterapia y masajes, el voluntariado le ha hecho vivir la vida de otra forma. «Vivo más el presente y aunque pensaba que daría lo mejor de mí, me he dado cuenta de que yo recibo mucho más, en todos los sentidos». “Puedo decir que el voluntariado ha despertado en mí el sentimiento y orgullo de formar parte de la familia de AFANOC”, manifiesta Beatriz Alarcia, tallerista en la Casa de los Xuklis. En paralelo, para Anna Barredo, ser voluntaria del Grupo de Jóvenes le permite creer en un futuro más inclusivo, empático y sin juicios. «Y esto me ayuda a ser así en mi entorno más cercano», apunta.
“Si hay una cosa que me llevo del voluntariado es a no tenir miedo de la enfermedad”
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Ingrid Vinaixa, voluntaria a domicilio
“Ser voluntaria en AFANOC me permite creer en un futuro
más inclusivo, empático y sin juicios”
Anna Barredo, voluntaria del Grupo de Jóvenes
El contacto directo con las familias y niños con cáncer y sus ganas de vivir y superación es una realidad que muchos voluntarios valoran, como es el caso de Lidia Gelonch, voluntaria de tareas administrativas. «Es impresionante», describe.
Momentos llenos de anécdotas
Ser voluntario/a de AFANOC también brinda momentos distendidos y anécdotas para recordar. Como Mamen Muñoz, voluntaria de actos y campañas, que nunca olvidará un chico que se acercó un día al stand de AFANOC y le explicó que había estado en la Casa de los Xuklis y que daba gracias. “Cada año sigue comprando la gorra”, dijo el chico.
Beatriz Alarcia también recuerda, con ternura, una de las primeras experiencias como tallerista en la Casa de los Xuklis. “Uno de mis primeros días como voluntaria, mientras preparaba todo el material para realizar un taller de collage, un niño de 4 años, con la mascarilla puesta, me pidió, con toda naturalidad, si podía cerrar la puerta porque aquellos días estaba bajo de defensas”.
Y, por último, un toque de humor. Lidia Gelonch se encontró con un misterio informático difícil de entender. “Durante una temporada, cada vez que tocaba un ordenador para realizar las tareas administrativas, dejaba de funcionar. Pantallas negras, programas cerrándose y ordenadores reiniciándose. Pasé por todos los ordenadores de la sede hasta que, como por arte de magia, el ordenador del voluntariado fue el único que volvió a funcionar con normalidad”, explica.