Que difícil resulta pasar estos días cuando se ha sufrido la pérdida del hijo o la hija, parece que nunca más será posible volver a celebrar la Navidad.
Ciertamente, nada volverá a ser igual, pero es posible recordar con amor el tiempo compartido, el luto puede sanar y la pena menguar.
Con la intención de facilitar el transito para estos días, emotivos de por si, hemos creado esta pequeña guía especialmente dirigida a tú, madre, y a tú , padre.
Planifica estos días con anticipación.
Haz una reunión familiar antes de que llegue la Navidad, los niños, adolescentes y amigos significativos tienen que estar presentes.
Habla de tu hijo/hija ausente y de lo que ha pasado, con la familia.
Busca la manera de simbolizar tu ser querido de alguna manera durante estos días, o bien encendiendo una vela; o cocinando su comida predilecta, o colocando nuevos objetos de decoración en su homenaje, o creando un álbum de Navidad, u organizando una mesa memorial.
Repasa las tradiciones de tu familia (comidas, regalos, pesebre, árbol de Navidad, tió, noche de Reyes, celebración de Fin de Año…).
Habla de las actividades previstas con los niños/niñas de la familia.
Acepta y solicita ayuda práctica de los familiares y amigos. Simplifica tus responsabilidades.
Prepárate por el que pueda suceder en las reuniones familiares, de amigos, trabajo, sociales. Coge respiro durante las reuniones y ayúdate a tener una salida prevista por si la situación es excesiva.
Date permiso para cambiar de opinión y cancelar una actividad que signifique demasiada exposición para tú.
Planifica tiempo para descansar, para expresar sentimientos, para estar en silencio, para pasear, para practicar deporte, para estar contigo mismo.
Habrá momentos que te invadirán recuerdos insospechados.
Tus tiempos son tuyos.
León Tolstói decía:
“Solo las personas que son capaces de quere profundamente pueden sufrir también una gran pena, pero esta misma necesidad de quere sirve para contrarrestar su luto y los sana”.
Con mucho de amor, os deseamos una feliz Navidad.